El río Quevedo soporta la descarga de contaminantes
Un hombre se acercó a las riberas para pescar y luego vender su producto a comerciantes. Por: Erika Hernández Lozano. Una corriente de agua espumosa y maloliente baja por la tubería ubicada en la calle Vigésima Novena, de la parroquia Viva Alfaro; luego pasa por un estrecho riachuelo hasta llegar al conocido río Quevedo. Allí el olor es fétido, basta con estar unos minutos. Agapito Fernández, en chancleta, sale de su casa para explicar con más detalles lo que sucede. El morador revela que la peste se siente mayormente en días soleados y cuando llueve las aguas contaminadas se rebosan. “Estas descargas de agua vienen de diferentes sectores pero son servidas. El señor Julio Mosquera vino una vez en representación del Municipio y le recomendamos que la tubería sea colocada cerca de las riberas y no de las casas para evitar los malos olores en la zona”, comenta. Fernández, quien tiene 50 años viviendo en el sector, menciona que por las noches “personas sin cultura”...