EL MENSAJE A LA JUVENTUD DE PAUL WASHER


En estos tiempos tan susceptibles, decir la verdad resulta muy difícil, tanto así, que muchas veces terminamos tolerando actitudes erróneas con el fin de no perder un vínculo especial con alguna persona. Cuando Jesús predicaba en Capernaum, al escuchar sus palabras sus discípulos decían: “Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?” (Juan 7:60), y por consiguiente muchos se alejaban.
Para anunciar el evangelio, Dios ha levantado a hombres dispuestos a decir la Verdad sin importar las circunstancias, muchos ‘cristianos’ han tratado de ‘suavizar’ esa Verdad con el fin terrenal de obtener más aceptación de parte de los oyentes.
Paul Washer, sin miedo al rechazo, sintió la obligación como verdadero discípulo de Dios, en decir la Verdad a cientos de jóvenes, le preocupada la situación actual de la iglesia ahogada de tanta ‘superficialidad’.
Estos son los puntos del sermón de Washer (Mateo 7:13-29):
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”
La puerta de entrada para el cielo es estrecha y angosta, es decir, muy pocas personas entrarán en ella, y esto (según contaba Washer), es porque en la actualidad el cristianismo está basado en una cultura sin Dios, colocándose el membrete de ‘cristiano’, los creyentes viven con las mismas actitudes carnales como antes de ser ‘convertidos’.
A muchos jóvenes cristianos modernos no les interesada la santidad, ni la propagación del evangelio, ni el servir, ni el mantenerse separados del mundo,  viven un cristianismo moldeado a su manera de ser, actúan como mundanos, hablan como mundanos, se visten como mundanos, e incluso huelen como mundanos, no hay ninguna diferencia entre ellos con el resto de los jóvenes que no han nacido de nuevo.
“La más grande herejía evangélica y protestante americana es que si tú oras y le pides a Jesucristo que entre en tu corazón, él ciertamente lo hará”.
Podría decir que es una de las frases que más me sacudió. Ciertamente la salvación es por fe (Romanos 1:17), y sólo a través de la fe en Cristo Jesús puedes obtenerla, sin embargo, creyentes han malinterpretado al pensar que una oración es suficiente. Eres salvo porque creíste, te arrepentiste de tus pecados y tienes el deber continuo de ser santo, es decir, tu profesión de fe tiene que ir acompañada de un arrepentimiento y mortificación del pecado diario.
 “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.”
Al inicio del sermón Washer manifestó que predicar era muy peligroso, puesto que la Biblia cita que los falsos profetas pasarán la más grande condenación; por ello, si Washer no decía la Verdad estaría en grandes problemas, sin embargo, si la decía y los oyentes rechazaban la Palabra, ellos deberían temer porque es Dios quién habla a través de un hombre.
La susceptibilidad de ahora ha ocasionado que las iglesias sean influenciadas por el mundo (y debería ser lo contrario), haciendo shows y espectáculos para agregar más sillas a sus cultos y crear megas iglesias, no está mal querer que la iglesia crezca, sin embargo, los medios y métodos son equivocados.
La predicación y todo lo demás es con el fin de mantener complaciente a los creyentes, las charlas acerca de ‘la prosperidad’ y ‘el ser exitosos’ dominan los púlpitos en varias iglesias cristianas, reemplazando el mensaje esencial del Evangelio que se fundamenta en el arrepentimiento.
“Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.”
Esto es esencial, la única forma de conocer a un cristiano es a través de sus frutos, por lo tanto, conoceremos a un profeta falso por lo que sale de su boca; los frutos son todas las acciones, actitudes y palabras que evidencian nuestro caminar con Dios, si tú corazón está alejado de Dios será notorio cuando hables y actúes en una situación adversa, porque irás contrario a la Biblia.
Aquellas personas que se llamen discípulos de Dios y dan mal fruto, ciertamente no son discípulos, están engañados. Hay tantos creyentes que manifiestan haber tenido un encuentro con Cristo pero sus vidas siguen siendo las mismas, no se refleja un cambio colosal, no han sido perfectamente cambiados.
La profesión de Fe no vale absolutamente nada si no hay frutos.
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”
Paul Washer mencionaba que en la literatura hebrea el repetir una palabra era cuando se deseaba dar un sentido de énfasis, y en la cita: “Señor, Señor”, hacía referencia a que serán creyentes que demostrarán y harán cosas que hacen los creyentes, sin embargo, su vida cristiana no es genuina.
Actualmente, muchos jóvenes no desean escuchar la doctrina, ni compartir el evangelio a los demás, sólo están interesados en oír canciones cristianas modernas, brincar en los conciertos y ponerse camisetas con mensajes cristianos, no tienen una relación con Dios diaria, su vida cristiana es poco alimentada espiritualmente, tiene un conocimiento vacío con respecto a las escrituras y creen que son salvos.
La profesión de fe no es prueba de que hayas nacido de nuevo, si tus conductas son mundanas y tus ídolos, cantantes, héroes son mundanos hay una alta probabilidad de que no conozcas a Cristo, y sobre todo, que Cristo no te conozca a ti (hacernos conocer de Cristo es más importante); si deseas ir a la casa del presidente George Bush y le dices al guardia que lo conoces, no te permitirá entrar, pero si George Bush le dice al guardia que te conoce, seguro entrarás (ejemplificación de Washer). 
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.”
Si eres un verdadero cristiano necesitas construir tu vida sobre la roca (Cristo), no importa cuántas tormentas lleguen a tu casa, si Cristo es tu cimiento no caerá nunca (Filipenses 1:6).
La problemática que presenta Washer es que existen dos tipos de creyentes, ambos han conocido a Jesús y lo han escuchado, pero uno ha puesto en práctica lo que oye, mientras que el otro no, y las consecuencias son devastadoras porque su vida cristiana no tiene la raíz que es Cristo, sino que se basa en cosas efímeras de este mundo.
Como jóvenes hay que pensar si estamos construyendo sobre la palabra de Dios, ya sean nuestras finanzas, estudios, vida social, etc., ser cristianos radicales es muy difícil con tanta susceptibilidad de la iglesia, hay temas que son meramente mundanos y se han adoptado como normales (aborto, homosexualidad, divorcio), por ello, antes de testificar que somos salvos, mejor examinémonos a la luz de la Palabra y comprobemos si realmente lo somos.
“Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?” 2 Corintios 13:5

REDACCIÓN: Erika Hernández Lozano.

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