Sorablue

  Quevedo. De cierto es que cuando cayó Big Money, muchos sueños se fueron al piso. Miles de personas confiaron en esta plataforma financiera no legalizada para cumplir sus proyectos y ahora sufren una dura situación. Gabriela es de la provincia de Los Ríos y tiene 23 años. Nunca pensó que invertir en Big Money le fuera a cambiar la vida a ella y a su familia. Escuchó hablar de esta plataforma a través de redes sociales, allegados e incluso funcionarios públicos. Al principio se mantuvo al marguen, pero al ver que varias personas invertían sin riesgo, no dudó en entrar a la plataforma y también incentivó a gran parte de su familia para que lo hiciera. “Nosotros hicimos el seguimiento (en los lugares donde se hacía la captación), en el Tennis Club depositamos el dinero. Tenemos dos recibimos: del viernes y martes, el miércoles nos tocaba cobrar, pero pasó todo esto (allanamientos)”, contó. Gabriela y su familia entregaron a Big Money 31 mil dólares, y recibirían el 90% de interés s...

  Alba Coello Tuapanta es una de las primeras mujeres en formar parte del taxismo en Quevedo. Tras quedarse desempleada por el año 2008, decidió convertirse en taxista para sacar adelante a su familia. Los dirigentes de la cooperativa de Taxis ‘Grupo 6 Quevedo’, le abrieron las puertas para ingresar al taxismo ese mismo año. Ella comentó que se siente orgullosa y gracias al oficio ha podido mantener a sus dos hijos y sacar su título de abogada. Sus inicios En ese tiempo fue complicado acoplarse, Alba recuerda que recibía mucha discriminación por parte de los pasajeros, en especial las mujeres. “La gente me quedada mirando como ‘bicho raro’, la gente me veía en el taxi y se subían para hacer mofa, pero yo hacía mi servicio y cobraba lo justo”, recordó. Aunque aún hay pasajeros que se sorprenden al verla frente al volante, poco a poco se han ido acostumbrando, incluido muchos la felicitan, cuenta. Ahora que sus hijos son profesionales, también ejerce su título de abogada. Pese a toda...

  El transporte público siempre ha sido un servicio esencial y durante la pandemia del Covid-19 se convirtió en una labor social. Muchos conductores de buses tuvieron que salir a brindar el servicio a la comunidad, sin obtener réditos, con deudas y una baja aflu encia de pasajeros. Ese fue el caso de Carlos Jami Guanolisa, chofer de un bus urbano en Quevedo desde el año 98. Quien durante el coronavirus tuvo que quedarse encerrado, pero ahora se entrega al trabajo por su familia. Jami comentó que son muchos los dilemas que tienen que enfrentar como las deudas con la banca y ahora la subida del combustible hasta en un 50%. “No hay clases, no hay nada, estamos viviendo una situación difícil. La provisión ha mejorado un poco, pero no el 100%, sino un 50%”, manifestó. Sin descanso y con poca liquidez, los choferes de buses también celebran su Día. Hoy empezará la vacunación para ellos, luego de una gestión con la Gobernación. Ellos también formar parte de la primera línea porque exponen...

  De los siete días de la semana, Carlos Cedeño Solís, está detrás del volante seis. Esos días, maneja un bus interprovincial de la Cooperativa Valencia, en Los Ríos, desde las 5 de la mañana hasta cuando llega a su casa a dormir. Hombre de 68 años, esposo y padre de familia. Desde los 17 es chófer y comenzó en un camión cargando banano, luego en una ranchera, después de volquetero y finalmente en un transporte de pasajero provincial. Un día para Carlos se traduce en varias vueltas de Quevedo a Guayaquil, cada trayecto es un verdadero reto. Dice que “el volante es traicionero”. “Uno no puede sacar la vista de la carretera, hay un momento donde usted mira a un lado y ya está encima de algo, siempre he sido responsable en eso”, comentó. Son muchas las vicisitudes por las que atraviesa Carlos cada día para cumplir una jornada laboral, pero más allá de todo, su misión es cuidar la vida de sus pasajeros que confían en él, comenta. Contó que, en los 80, en una ruta Esmeraldas – Muisne,...

Puede que hayas escuchado su nombre, Edu Mero es el capitán del Club Deportivo Quevedo, tiene 24 años y es padre de familia de una niña de dos. Desde muy pequeño entrenó para ser futbolista, profesión en la que ahora se dedica. En los meses pico de la pandemia, los partidos se suspendieron y no hubo dinero, por lo que tuvo que reinventárselas para sacar adelante a su hogar. Edu es un ejemplo de muchos padres de familia, quienes debido a la crisis se dedicaron a trabajar en actividades que nunca pensaron antes. Cabizbajo y desesperado por ser la cabeza del hogar, su entrenador le dio una idea: ser repartidor con su moto. En ese tiempo el servicio delivery estaba en su mayor apogeo por el confinamiento obligatorio. De manera decidida y sin vacilar, hizo contactos, recibió recomendaciones y comenzó su nuevo empleo. Con lluvia, sol y hasta altas horas de la noche, Edu laboraba sin descanso y con el miedo de llevar el virus a su casa. “Yo salía con dos mascarillas, mi alcohol, gafas, gorra,...

  Katiuska Toaza, conocida por sus familiares y amigos como ‘Katy’. Nació el 29 de octubre de 1986, oriunda de Quevedo, pero desde su juventud creció en Mocache, provincia de Los Ríos. Desde muy pequeña tuvo pasión por la actividad física en varias disciplinas, cuando veía jugar a sus hermanos, pero siempre estuvo encaminada a los deportes de combate. La infancia de ‘Katy’ fue llena de juegos, rodeada del amor de sus padres, quienes le inculcaron la importancia de la responsabilidad, del trabajo; la constancia, el esfuerzo diario y el sacrificio junto a sus hermanos. Recuerda que veía televisión programas de karate y así comenzó a nacer su amor por el deporte de combate. A los 14 años comenzó con los entrenamientos, entre los estudios y duros días de trabajo, poco a poco se convirtió en una gran deportista, la única de su hogar. Luego se mudó a Mocache, era una joven muy activa y dedicada que atrapó la atención de muchos entrenadores, no la dejaron escapar y fueron por ella. “Tanto...