Día del Padre: Edu Mero tuvo que reinventarse para sacar adelante a su familia


Puede que hayas escuchado su nombre, Edu Mero es el capitán del Club Deportivo Quevedo, tiene 24 años y es padre de familia de una niña de dos.

Desde muy pequeño entrenó para ser futbolista, profesión en la que ahora se dedica.
En los meses pico de la pandemia, los partidos se suspendieron y no hubo dinero, por lo que tuvo que reinventárselas para sacar adelante a su hogar.
Edu es un ejemplo de muchos padres de familia, quienes debido a la crisis se dedicaron a trabajar en actividades que nunca pensaron antes.

Cabizbajo y desesperado por ser la cabeza del hogar, su entrenador le dio una idea: ser repartidor con su moto. En ese tiempo el servicio delivery estaba en su mayor apogeo por el confinamiento obligatorio.

De manera decidida y sin vacilar, hizo contactos, recibió recomendaciones y comenzó su nuevo empleo. Con lluvia, sol y hasta altas horas de la noche, Edu laboraba sin descanso y con el miedo de llevar el virus a su casa.
“Yo salía con dos mascarillas, mi alcohol, gafas, gorra, chompa y antes de llegar a casa me sacaba toda la ropa en la lavadora”, recordó.
Dentro de este modelo no había un sueldo fijo ni beneficios de Ley, lo que ganaba era por los repartos, de las llamadas que recibía de sus amigos o conocidos de amigos, poco a poco se fue adaptando.
Ahora con la situación más normalizada, su meta es seguir trabajando en el futbol y con esto afrontar las obligaciones del hogar.
Su mensaje: “Sigamos trabajando, esforzándonos, Dios tiene una recompensa para las personas que salen a trabajar y buscar el pan para su familia”. (I)

Erika Hernández

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