Los choferes de buses le ponen el pecho a las balas
El transporte público siempre ha sido un servicio esencial y durante la pandemia del Covid-19 se convirtió en una labor social.
Muchos conductores de buses tuvieron que salir a brindar el servicio a la comunidad, sin obtener réditos, con deudas y una baja afluencia de pasajeros.
Ese fue el caso de Carlos Jami Guanolisa, chofer de un bus urbano en Quevedo desde el año 98. Quien durante el coronavirus tuvo que quedarse encerrado, pero ahora se entrega al trabajo por su familia.
Jami comentó que son muchos los dilemas que tienen que enfrentar como las deudas con la banca y ahora la subida del combustible hasta en un 50%.
“No hay clases, no hay nada, estamos viviendo una situación difícil. La provisión ha mejorado un poco, pero no el 100%, sino un 50%”, manifestó.
Sin descanso y con poca liquidez, los choferes de buses también celebran su Día. Hoy empezará la vacunación para ellos, luego de una gestión con la Gobernación.
Ellos también formar parte de la primera línea porque exponen su integridad física para dar servicio al resto. (Erika Hernández)
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